jueves, 29 de mayo de 2008

El libro de los amores ridículos, Milan Kundera





Acostumbro de cuando en cuando visitar el camellon de la avenida Chapultepec los sábados por la noche, cada día, la zona se va haciendo mas dinámica y divertida, realmente hay mucho que hacer por esas calles: bares, cafés, cines, restaurantes, librerías y los sábados por la noche hay un tianguis cultural de buen nivel; entre las muchas cosas que se venden esas noches están los libros usados, esos libros que alguien se animo a deshacerse de ellos, parecen huérfanos pretendiendo dar su mejor cara sonríen, algunos se les ve que no fueron muy queridos algunos otros llevan en su interior detalles que los personalizan; ahí compre este texto allá por noviembre de 2007, me gusto el titulo, de el autor --Milan Kundera-- leí hace unos anos “La insoportable levedad del ser” que a finales de los ochentas fue llevada al cine, esta vez me gusto el titulo y el autor garantizaba una buena obra.

Estoy intentando leer mas novelas, generalmente me agradan los temas de desarrollo humano pero pretendo variar mis lecturas en esta ocasión el autor nos presenta 7 relatos cortos, historias de amor; de amores ridículos, su forma de detallar los momentos, los lugares y las consecuencias colaterales hace de los relatos pequeños capítulos divertidos y profundos a la vez .

De repente el autor lanza frases profundas que me llevan a reflexionar, yo pretendiendo alejarme de los temas de desarrollo humano y esta vez regresan en forma de novela.

I. Nadie se va a reír.

II.La dorada manzana del eterno deseo

III. El falso autostop

IV. Simposio

V. Que los muertos viejos dejen sitio a los muertos jóvenes

VI. El doctor Havel al cabo de veinte años

VII. Eduard y Dios

El autostop y Eduard y Dios me parecen que sobre salen, nos conducen por la diversión, sin embargo una vez recorrido el camino hedonista, llegamos a un punto en donde nunca habríamos imaginado llegar.



"- Probablemente hubiera sido mejor. El exceso de fe es el peor aliado - aquella idea me entusiasmó; empecé a divagar-: Cuando crees en algo al pie de la letra terminas por exagerar las cosas ad absurdum. El verdadero partidario de determinada política nunca se toma en serio sus sofismas, sino tan sólo los objetivos prácticos que se ocultan tras estos sofismas. Las frases políticas y los sofismas no están, naturalmente, para que la gente se los crea; su función es más bien la de servir de disculpa compartida, establecida de común acuerdo; los ingenuos que se los toman en serio terminan antes o después por descubrir las contradicciones que encierran, se rebelan y al final acaban vergonzosamente como herejes y traidores. No, el exceso de fe nunca trae nada bueno y no solo a los sistemas políticos o religiosos; ni siquiera a un sistema como el que nosotros queríamos emplear para conquistar a la chiquilla." (Milan Kundera)


Tal vez por haber sido escritas en el período (entre 1959 y 1968) más feliz de la vida de Milan Kundera, según sus propias palabras, las narraciones que componen El libro de los amores ridículos son las más alegres, las más seriamente desvergonzadas y las más reflexivamente divertidas de toda su obra.La farándula de personajes hedonistas que desfila ante los ojos del lector, todos ellos en busca de los juegos múltiples y contradictorios de la amistad, el amor y el sexo, y envueltos en un mundo lleno de severidad, hermetismo e inquisición, no puede sino incitar a la risa. Una risa auténtica, traviesa; un humor sabio, refinado y gozoso, al que nos tiene ya acostumbrados el autor de La insoportable levedad del ser

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