sábado, 7 de marzo de 2009

Desnudito de la semana.....Gustav Klimt


Anciana desnuda de perfil, 1903. Muy interesado en las formas femeninas, realizó estudios sobre los cambios en el físico de la mujer. Así, escogería modelos de edad para plasmar el comportamiento de la carne de manera realista.

Biografía y obra de Gustav Klimt

Gustav Klimt representa una particular visión del Modernismo que ha hecho que muchos lo consideren dentro del ámbito del Simbolismo por los contenidos de sus obras. Crea un lenguaje propio de símbolos, de gran carga simbólica.

Fruto de su viaje a Ravenna en 1903, conoció los mosaicos bizantinos y una decoración de gran brillantez de color y antinaturalista que influirán profundamente en su obra sintiendo gran predilección por los fondos dorados.

Lo más llamativo de su obra es la continua presencia de lo femenino, representando lo enigmático. La sexualidad y el erotismo artístico serán elementos claves.

Klimt nació el 4 de Julio de 1862 en Viena. A los catorce años ingresa en la Escuela de Artes Aplicadas de Viena junto con su hermano Ernst y con Franz Mastch, con quienes formará una asociación, la Compañía de Artistas. El trío tendrá tanto éxito en Viena que recibirán numerosos encargos relacionados sobre todo con la decoración de edificios arquitectónicos.

Sus primeras obras están muy influenciadas por Hans Makart, artista academicista de la época. Su estilo es muy barroco y toma de Makart el rechazo a los espacios vacíos, el horror vacui, que le hace llenar los fondos de sus cuadros hasta rebosar.

En 1880 la Compañía de Artistas recibe sus primeros trabajos oficiales: Las cuatro alegorías del Palacio Sturany, en Viena, y las pinturas de cielo raso en el balneario de Carlsbad.
En la decoración de la caja de la escalera del Kunsthistorisches Museum, donde tienen que representar el periodo de la Historia del Arte que va desde el antiguo Egipto hasta la Florencia del cinquecento, comienza el desarrollo estilístico de Klimt hacia los temas simbólicos, decorativos y florales.

La Viena de fin de siglo estuvo muy influenciada por la Secesión vienesa, asociación creada en 1897 por artistas de vanguardia y de la que Klimt fue presidente. Lucharon contra el academicismo y el conservadurismo, desempeñando un papel central en el desarrollo del modernismo. Encontró su mecenas en la burguesía, quien encargará a Klimt numerosos retratos, sobre todo de mujeres.

En 1893, Klimt y su socio Matsch fueron comisionados por la Universidad de Viena para adornar los techos del edificio. Sus puntos de vista eran tan diferentes que ambos entraron en conflicto, hasta el punto de romper la sociedad y no volver a trabajar juntos nunca más.

Concibió tres paneles que llevarían por título: Filosofía, Medicina y Jurisprudencia.

El encargo de la Filosofía debía expresar el triunfo de la luz del intelecto humano sobre las tinieblas. En su lugar el artista presenta la "victoria de las tinieblas sobre todo lo demás". Klimt buscaba resolver la incógnita metafísica de la existencia humana y el desconcierto del hombre moderno. Para ello divide su obra en tres partes: a la izquierda, un grupo de personas que simbolizan la evolución de la vida (nacer, madurar, perecer), a la derecha, la esfera del mundo como acertijo del universo y abajo, una figura iluminadora que representa el saber.
Su interpretación no fue aceptada ni entendida y causó escándalo entre los catedráticos de la Universidad.

En la alegoría de la Medicina presenta la corriente de la vida que arrastra consigo los cadáveres arrebatados por el destino. Tienen lugar todas las fases vitales, desde el nacimiento hasta la muerte. Esta visión, en vez de celebrar la capacidad de curación de la medicina, recalca su impotencia ante las fuerzas indomables del destino. Además, Hygieia, la diosa de la salud aparece dando la espalda a la humanidad.

Su Jurisprudencia tuvo una acogida similar. El cuadro presenta a un condenado, un anciano desnudo degradado físicamente y en posición de culpabilidad, rodeado por la Verdad, la Justicia y la Ley, que han sido representadas como tres mujeres fatales desnudas y con serpientes.

Klimt, harto de censuras y como respuesta a la crítica, pinta un cuadro que en principio titula A mis críticos y que más tardes llamó Peces dorados. Entre unas féminas desnudas con clara actitud sexual, aparece en primer plano una náyade risueña que muestra su culo al espectador. La cólera es general y Klimt nunca más recibirá un encargo público.

Gracias a sus retratos de mujeres disfrutará de independencia económica. Serán imágenes suaves, de tonos claros y fondos neutros donde hace uso de las técnicas impresionistas. Las mujeres aparecen apacibles, ensimismadas, con mirada melancólica o ausente. Éste es el artista inofensivo apreciado en Viena. Ejemplos: Gertha Felsöványi, Serena Lederer o Emile Flöge.

Pero cuando no trabaja para un cliente, Klimt deja de lado toda reserva y da rienda suelta a su creatividad. Sus mujeres aparecen entonces peligrosas e intuitivas. Se presentan a la vez seductoras y como elemento de perdición, mujeres fatales que son fuente de vida pero cuya presencia va asociada a la muerte. Las pinta en todas sus posiciones, incluso las más osadas, vestidas y desnudas, solas o en grupo, incluso masturbándose. Representa frecuentemente el amor lésbico. El hombre apenas aparece, y si lo hace es sólo como accesorio para realzar la presencia de la mujer.

Agua en movimiento y Peces plateados evocan un mundo de formas acuáticas, de naturaleza sexual. Mujeres que serpentean en actitud provocativa entre las aguas. Las algas y las ondas se funden con los cuerpos y cabellos ofreciendo una imagen sensual de mujeres lascivas.

Judith I es el arquetipo de mujer fatal de Klimt. La expresión de éxtasis de Judith, con la cabeza de su enemigo en la mano, al que ha seducido para decapitarlo, refleja la ambigüedad de sus mujeres: fuerza liberadora, sensual y, al mismo tiempo, amenazante, misteriosa.

En La Esperanza I, el erotismo emana de la mujer embarazada. Su impúdico bello rojo y la prominente barriga son símbolo de penetración. Rodean la imagen alegorías de dolor y muerte y las edades de la vida.

El beso es una imagen de amor espiritual e idealizado. Aparece un apareja abrazada que encarna la felicidad erótica imperturbable. Los modelos son el propio Klimt y su amiga Emile Flöge. Ambos cuerpos forman una masa dorada, con ornamentos cuadrados para el hombre y curvilíneos para la mujer.

El beso ofrece una imagen contradictoria de sus mujeres, esta vez la mujer se entrega al hombre, que es un ser activo, es el que lleva la fuerza y da el beso, mientras la mujer, afronta esto con pasividad.

Las visiones de Klimt están llenas de vida, y al mismo tiempo, la muerte, los ciclos vitales de la humanidad y el significado de la vida son una obsesión que reflejará en multitud de obras, como en el Friso de Beethoven y en los mosaicos del Palacio Stoclet.

enlaces: www.arteespana.com/gustavklimt.htm


1 comentario:

CM dijo...

Me encanto Klimt, todo: su obra, él,su autenticidad, su irreverencia, otro...que rompe paradigmas, estos son los que cambian el mundo aunque "el mundo" no quiera. Gracias por compartirlo.