viernes, 27 de febrero de 2009

Multa de $10 mil a 20 mil por invadir carril del Macrobús

Sanción busca inhibir la tentación de automovilistas de aprovechar la vía.

Guadalajara.- El Congreso del Estado aprobó la imposición de multas que irían de los diez mil pesos a los 20 mil pesos, para los automovilistas que invadan o se estacionen en el carril destinado al Macrobús. La propuesta recibió apoyo unánime de los diputados, luego de que se separó de la iniciativa a través de la cual se pretende crear el Instituto de Movilidad.

La propuesta, que ingresó ayer al pleno del Congreso como iniciativa de la Comisión de Puntos Constitucionales, prevé la imposición de sanciones que irían de los 200 a los 400 salarios mínimos a quien invada el carril del nuevo transporte colectivo, cuyo funcionamiento está previsto de manera formal a partir del 8 de marzo.

Actualmente el salario mínimo vigente para la zona metropolitana de Guadalajara es de 53.26 pesos al día, por lo que las sanciones que se podrían aplicar serían desde los 10,652 pesos hasta los 21,304 pesos.

Después de aprobarse el orden del día, el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, el panista Gustavo González Hernández, pidió que se estrecharan los términos, es decir, que se agotara en una sola sesión todo el procedimiento legislativo, por lo que la propuesta fue sometida a las dos lecturas que marca la ley y posteriormente se aprobó la minuta.

Gustavo González explicó que la intención es notificar de inmediato al Poder Ejecutivo, para que en los primeros días de la próxima semana publique la reforma, que implica agregar el artículo 166 Bis de la Ley de los Servicios de Vialidad, Tránsito y Transporte en el Estado.

El legislador panista dijo que el monto de la sanción se fijó porque “invadir una vía de este tipo, cuando hay gente que se está transportando, que son de cien a 150 personas, se pone en riesgo su vida. Por eso es que queremos una sanción que sea más o menos fuerte y más o menos ejemplar”.

De las razones por las que se sacó de la reforma integral de movilidad, dijo que “en este punto en específico sí era urgente tenerlo en la ley y que sea publicado en dos o tres días, porque el lunes de la semana que sigue entra en funciones el Macrobús”.

La propuesta para sancionar a quienes invadan el carril del Macrobús había sido incluida en la iniciativa que presentó el presidente de la Comisión de Vialidad del Congreso local, el diputado panista Francisco Padilla, para crear el Instituto de Movilidad, el cual asumirá la administración y funciones de Servicios y Transportes, el Sistema de Tren Eléctrico Urbano y el Sistema de Transporte Colectivo de la Zona Metropolitana, así como del Organismo Coordinador de la Operación Integral del Transporte Público (OCOIT) y del Centro Estatal de la Investigación del Transporte (CEIT). Sin embargo, el coordinador de los diputados del PAN, Jorge Salinas Osornio, declaró hace un par de semanas que la propuesta no se aprobará en esta Legislatura.

Nuevo choque

Por segunda ocasión desde que comenzó el periodo de prueba del sistema de Macrobús sobre la calzada Independencia, un chofer que no respetó el carril exclusivo se estrelló contra una de las recién compradas unidades del transporte público.

El accidente tuvo lugar ayer al mediodía en el cruce de la Calzada con la calle Prisciliano Sánchez, cuando un torton embistió al Macrobús. El chofer del primero dijo que “no vio” a la unidad de transporte urbano, según informó Notisistema. La reparación de los daños serán cubiertos por la compañía aseguradora contratada por el gobierno del estado. (Guadalajara. Público)

Sonia Serrano Íñiguez

Via milenio.com


OSCAR 2009: MIRAR A LOS OTROS



Luis García Orso, SJ.

Las películas seleccionadas para los premios Oscar del año pasado 2008 nos reflejaban crudamente una sociedad donde imperan la violencia y el poder económico, el crimen y la corrupción, la degradación moral. O mejor decir una sociedad sin moral. Una nación “sin lugar para los débiles”, para los pobres, para lo que buscan justicia, honestidad, verdad…Así vimos Petróleo sangriento, Sin lugar para los débiles, En el valle de las sombras, entre otras.

Ahora, para los Oscar 2009, los realizadores cinematográficos han querido reaccionar y proponer algunas esperanzas, quizás animados por el final de la era Bush. El camino cinematográfico que han tomado es contar historias y ficciones que nos hagan mirar a los otros, a los diferentes, a los que no están tan cerca de mí. Y así las principales películas de este año tienen como protagonistas a niños huérfanos, niños de la calle, ancianos, inmigrantes, homosexuales, madres de raza negra, trabajadores de limpieza…

Viene aquí la presentación de algunas de estás historias.

Quisiera ser millonario (Slumdog Millionaire) de Danny Boyle, apela a lo más noble, más bello y más poderoso que hay en el corazón de todo ser humano, y que está ahí como fuerza espiritual y como esperanza, más allá de toda condición económica y social, pero que brilla esplendorosa en los pobres; como en Jamal, el joven protagonista, nacido y criado en las calles miserables de Mumbai, y quien junto con su hermano y una niña salen adelante en la vida con el tesón cariñoso de “tres mosqueteros”. La historia que vamos conociendo a través de un concurso televisivo atrapa y anima todo los corazones, y lo hace a través de un jovencito que se sabe las respuestas que la vida le ha dado y que cree y espera por encima de todo, porque hay algo que vale más que veinte millones de rupias. Slumdog Millionaire tiene la chispa y la magia del cine, como pocas películas, y ocho premios Oscar.

El curioso caso de Benjamín Button es una fábula que tiene como protagonista a un niño que nace con el aspecto de un anciano y que muere siendo físicamente un bebé. Un cuento corto de F. Scott Fitzgerald se convierte por David Fincher en una fábula cinematográfica, llena de pequeños detalles y de símbolos, que como toda fábula tiene mucho de lirismo, fantasía, imaginación, mensaje, y que invita a la aceptación de las diferencias de edad, raza, color, religión, identidad; a la aceptación de la vida y su destino, de la salud y la muerte, para hallar fe, amor, esperanza -sin un connotado estrictamente religioso-; para simplemente experimentar que amamos la vida y aprendimos a ser lo que quisimos y pudimos ser.

La duda (Doubt). Son cuatro miradas diferentes a un incidente no comprobado, a una duda: ¿qué pasó en la sacristía entre el Padre Flynn y su pequeño amigo monaguillo? Cuatro miradas que pueden ser la de cualquiera de nosotros: juicio o comprensión, intransigencia o verdad, reclamo o bondad, firmeza o debilidad…La historia en Duda –con un inteligente libreto más teatral que cinematográfico- invita a abrir nuestra mirada y nuestras convicciones a lo que hay en la otra persona: quizás el otro pudiera desarmarnos y nos permitiera alcanzar una verdad que está más allá de una certeza y más cerca del amor y de la condición humana.

Milk. La sólida historia escrita por Dustin Lance Black, resultado de una investigación documental con innumerables testimonios de los protagonistas reales, recorre la lucha y ascensión política y social de Harvey Milk, desde que llegó al barrio Castro de San Francisco en 1972, hasta su asesinato en 1978, siendo concejal de la ciudad y luchador por los derechos de las personas homosexuales. El gran trabajo de Gus van Sant en la narrativa y de la fotografía y la dirección artística consigue una notable recreación de la época, además de un bello testimonio sobre la esperanza como principal arma de lucha contra el rechazo que provoca en algunos la orientación homosexual. En estos tiempos que escuchamos repetidamente decir que no hay más utopías, que todo es cinismo y falta de compromiso, Milk se presenta como una película de un inusitado compromiso político y social, sobre una persona real que decidió cambiar el mundo, empezando por ella misma, y se entregó a defender la dignidad humana de los rechazados sociales.

Sólo un sueño (Revolutionary Road), resulta la otra cara de la propuesta para una mirada esperanzada. Historia desoladora en que unos personajes ahogados en la rutina y en su egoísmo no saben amar ni evolucionar hacia ninguna parte, como reflejo y protagonistas de una sociedad occidental enferma que seduce con el engaño de la comodidad y la prosperidad, de la apariencia y las falsas ilusiones, y deja en la infelicidad y en un “vacío desesperanzado”.
WALL-E es la última y extraordinaria propuesta de Pixar y Disney. Tras 700 solitarios años haciendo aquello para lo que fue construido: limpiar el planeta tierra de tanta basura y contaminación en que ha quedado, WALL-E descubre una nueva misión en su vida cuando se encuentra con un pulcro y perfecto robot explorador femenino llamado Eve (“evaluadora de vida extraterrestre”) y siente la chispa del amor. El viaje de ambos a través de la galaxia –incluidas música y coreografías de Hello, Dolly!- desencadena una de las más emocionantes e imaginativas comedias de aventuras llevadas al cine. Junto a Wall-E, en este fantástico viaje hay un comiquísimo y simbólico elenco de personajes, como una cucaracha mascota y un heroico equipo de robots destartalados, y unos humanos convertidos en mascotas que engordan con comida chatarra mirando la televisión. Estamos ante una fábula conmovedora, tierna y extraordinariamente visual, en que Wall-E es como el Chaplin del siglo XXI.
Entre les murs (La clase), del francés de Laurent Cantet, construye una simbiosis entre la realidad y la ficción en el marco de una escuela de un barrio francés de inmigrantes. Fiel a los principios de la propuesta, el director jamás abandona el perímetro marcado por los muros del centro, en el que seremos testigos privilegiados de los conflictos y discusiones de un profesor entregado a su labor como pedagogo y tutor, y unos alumnos que deben acarrear con los estigmas de su entorno social. Juntos han de aprender –no tan fácilmente- los valores de la democracia, la convivencia, el respeto y los requisitos éticos de todo proceso educativo.

El cine nos ayuda a mirar a personas que se atreven a salir de sí para ir hacia los otros y amarlos, defenderlos, acompañarlos…Estas historias nos siguen recordando que sólo nos encontramos a nosotros mismos rompiendo nuestra cerrazón y abriéndonos a la realidad de los demás, a lo que alguien diferente nos regala; a la gratuidad de la confianza y de la interpelación de otro ser humano, otra cultura, otras esperanzas; a la mirada a los otros que se convierte en solidaridad.

Luis García Orso
México, Febrero 23 de 2009

El desnudito de la semana: : a mano alzada


Estudio para la batalla de Cascina


Con la facilidad del genio, impecable dibujo de Miguel Ángel. La figura trasmite tanta perfección como fuerza.

Michelangelo di Lodovico Buonarroti Simoni (Caprese,1475 – Roma, 1564), también conocido en castellano como Miguel Ángel, fue un escultor, arquitecto y pintor italiano, considerado uno de los más grandes artistas de la historia.

Autor de los frescos de la Capilla Sixtina, entre tantas otras maravillas, también es uno de los artistas más reconocidos por sus esculturas, pintura y arquitectura.

jueves, 26 de febrero de 2009

¡No quiero hacerme Mayor!

El ‘síndrome de Peter Pan’ se extiende como una plaga en nuestra sociedad. Empeñarnos en no crecer para no asumir compromisos ni responsabilidades nos puede llevar a situaciones ridículas.

Las operaciones de estética y las cremas rejuvenecedoras –para ellas y para ellos– no se han visto lastradas por la crisis. Al contrario, según lo que Leonard Lauder llamó el “índice del pintalabios”: en situaciones de penuria económica se venden más cosméticos para ocultar las marcas del desánimo.


Más allá de este mecanismo de compensación y del culto a la juventud en nuestra sociedad, cada vez hay más personas que se resisten a abandonar psicológicamente la adolescencia. Hablamos de hombres con pánico al compromiso –sentimental e incluso laboral– y de mujeres enamoradas del amor que no renuncian a su príncipe azul. Lo que se conoce como síndrome de Peter Pan está cada vez más extendido en Occidente. Como el héroe de J. M. Barrie, los hombres y mujeres que lo sufren han idealizado la juventud y tienen problemas para afrontar los retos de la madurez, lo que les lleva a vestir y divertirse como adolescentes. El miedo a parecer mayores hace que muchos hombres en la cincuentena se lesionen en el gimnasio y muchas mujeres traten de disfrazar su edad con un atuendo juvenil que roza el ridículo.

Estos Peterpanes modernos rehúyen las responsabilidades, son altamente inseguros y no toleran las críticas. ¿Cómo han llegado al país de Nunca Jamás?

El ‘síndrome de Peter Pan’

“Todos los niños son artistas. El problema es cómo seguir siendo un artista cuando uno es adulto” (Picasso)

El célebre personaje popularizado por Walt Disney fue creado por J. M. Barrie para un musical que se estrenó en Londres en 1904. Su argumento encaja como anillo al dedo para el síndrome que actualmente designa: Peter Pan es un niño que se niega a crecer y que vive junto a los niños perdidos, tan reacios como él a madurar, en el país de Nunca Jamás, donde las aventuras se suceden sin fin.

El primero en usar este nombre para referirse a un trastorno emocional fue el psiquiatra Eric Berne, que en 1966 lo utilizó para definir al niño que habita en todo adulto, centrado únicamente en satisfacer sus propias necesidades. En 1983 llegaría el síndrome de la mano del psicólogo Dan Kiley, que se sirvió de Peter Pan para describir a los hombres y mujeres que se resisten a crecer. Se trata de personas inestables emocionalmente que suelen tener baja autoestima, ya que aspiran a mucho sin poner nada de su parte. A resultas de ello se escudan en la queja y culpabilizan a los demás –como un niño a sus padres– de las cosas que no les salen bien. Veamos algunos atributos que, según Kiley, permiten reconocer a un Peter Pan:

-su juventud y se niega a identificarse con su edad biológica.

-Es muy exigente con los otros; si no obtiene lo que pide, se enfada como un niño contrariado.

-Teme la soledad y es profundamente inseguro, aunque se esfuerce en ocultarlo.

-Se muestra siempre insatisfecho.

-Acostumbra a tener a su lado a un protector o protectora que cubre sus necesidades.

-Evita cualquier compromiso –muy especialmente de pareja– con la excusa de preservar su libertad, y actúa de forma irresponsable.

el país de nunca jamás

“Cada vez que un niño dice ‘No creo en las hadas’, sucede que una pequeña hada cae muerta” (James M. Barrie)

El psicólogo y sexólogo Antoni Bolinches está preparando un ensayo sobre un síndrome que, hace sólo un par de décadas “afectaba a una minoría de personas, pero que por nuestro modelo de sociedad se ha convertido en un problema generalizado, dando lugar a una generación Peter Pan, ya que los jóvenes de alrededor de los 30 años tienen un grado de inmadurez superior al que tenían los jóvenes de generaciones anteriores”.

Este terapeuta y autor de libros de psicología divulgativa define la madurez como “malos momentos bien asimilados”. Por tanto, no caeremos en el síndrome de Peter Pan si somos capaces de integrar las frustraciones y conflictos de la vida cotidiana para aprender de ellos. Cuando el individuo no es capaz de darles esta lectura positiva, aunque sea a posteriori, entonces se neurotiza y se aferra a una adolescencia libre de responsabilidades.

En los hombres, uno de los rasgos fundamentales de este trastorno emocional es el pánico al compromiso sentimental, algo mucho más raro en las mujeres. Según Bolinches: “El fenómeno desde el punto de vista sociológico es muy sencillo. En las tres últimas generaciones, en Occidente, la mujer ha superado su subordinación histórica al hombre y con su esfuerzo ha evolucionado en todos los ámbitos. El hombre se ha visto descabalgado del lugar que tenía en la sociedad, lo que le ha generado una inseguridad suplementaria. Esto explica por qué existen tantos hombres Peter Pan”.

El ‘síndrome de Wendy’

“La casa de un hombre puede parecer un castillo desde fuera; por dentro es a menudo su guardería” (Clare Boothe Luce)

En la obra de J. M. Barrie, Peter Pan invita a una niña llamada Wendy Darling al país de Nunca Jamás para que ejerza de madre de la pandilla de los niños perdidos. Este episodio significativo llevó a Dan Kiley, tras el éxito alcanzado por su libro, a publicar El dilema de Wendy. Se trata de un ensayo sobre las personas que protegen a su pareja –o a otras personas importantes de su vida– como si fueran sus madres. Es un rol que pueden desempeñar indistintamente hombres o mujeres, aunque es más común entre ellas. Quien padece el síndrome de Wendy tiene dificultades para controlar su propio rumbo y, para compensarlo, se vuelca en dirigir la vida del otro adoptando una actitud maternal. Según Kiley, el síndrome de Wendy se reconoce por estas actitudes:

-Insiste en ejercer de madre protectora y asume la responsabilidad que elude Peter Pan.

-Siempre se muestra disponible; si no, experimenta un sentimiento de culpabilidad.

-Periódicamente acusa a su protegido de abusar de su buena fe, aunque tampoco hace nada para cambiar la situación.

Así como el de Peter Pan es fruto de la sobreprotección en la infancia, las causas de este otro síndrome hay que buscarlas en un pasado familiar en el que Wendy se sintió excluida, por lo que en la edad adulta asume el papel de los padres que no ha tenido. Para ello se valdrá de la primera persona cercana que se deje cuidar, normalmente la pareja.

Una dificultad que presentan ambos síndromes es que quienes los sufren no suelen reconocerse en su rol y recurren a justificaciones. Peter Pan disfraza su inmadurez de amor por la libertad, y Wendy atribuye sus cuidados maternales a la incapacidad o irresponsabilidad de la persona que toma bajo su protección.

Acabar con el cuento

“Existir es cambiar; cambiar es madurar; madurar es seguir creándose a uno mismo sin fin” (Henri Bergson)

En su libro Las mujeres que aman demasiado, la terapeuta Robin Norwood se centra en la tendencia femenina –aunque no es una actitud exclusiva de las mujeres– de buscar hombres que hacen sufrir. Por una extraña álgebra amorosa, las personalidades pacíficas y estables son descartadas a priori en la elección de la pareja, ya que se sienten más atraídas por caracteres complejos que desatan tormentas.

Al comprobar que muchas mujeres, tras fracasar con un determinado modelo de hombre, vuelven a enzarzarse en una relación de similares características, la autora encontró las causas en un deseo de “amar demasiado”. Es decir, frente a la relación serena que no requiere movilizar todos los recursos disponibles, la persona adicta a amar desesperadamente necesita a alguien que se lo ponga difícil, lo que a menudo implica enamorarse de alguien que no muestra el mismo afecto ni el mismo nivel de compromiso. Para salir de esta adicción destructiva, Norwood propone un programa de recuperación en 10 puntos:

1. Buscar ayuda profesional.

2. Hacer de la recuperación una prioridad vital absoluta, lo que implica hablar abiertamente con la pareja sobre la situación.

3. Buscar un grupo de apoyo formado por personas que entiendan el problema.

4. Desarrollar la propia espiritualidad mediante la práctica diaria, a través de la meditación u otro medio que promueva la calma.

5. Dejar de manipular y controlar a los demás, incluyendo no dar consejos y directrices que no nos han pedido.

6. No engancharse a los juegos de pareja con papeles de rescatador, perseguidor o víctima.

7. Enfrentarse a los propios problemas y defectos, ya que a menudo tratamos de reparar los de los demás para silenciar los nuestros.

8. Cultivar lo que se necesita desarrollar en uno mismo, sin esperar a que la pareja cambie para poder realizarse.

9. Volverse lo bastante egoísta para situar nuestro bienestar, trabajo y prioridades en primer plano.

10. Compartir con los demás lo que hemos experimentado y aprendido, para ayudarlos y no repetir los mismos errores.

Al final, se trata de acabar con el cuento que nos impide ser personas libres y autónomas.

Las mujeres que aman demasiado

“¿Por qué a las mujeres nos atrae tanto convertir a alguien infeliz en nuestra media naranja y pareja perfecta? (…) La ética judeocristiana encarna el concepto de ayudar a quienes son menos afortunados que nosotros. Combinado con nuestra necesidad enfermiza de aceptación, tenemos todos los ingredientes para emprender una cruzada. La necesidad de este tipo de mujeres de controlar a otros se origina en una historia infantil donde existía todo menos el control. Una infancia en un entorno desestructurado, con emociones profundamente dolorosas: miedo, furia, culpa, vergüenza, compasión extrema. Los mecanismos de protección que desarrolla una niña en estas condiciones son dos: la negación de hechos dolorosos y una posterior sublimación de los acontecimientos a través de la necesidad imperiosa de adquirir control de la situación” (Robin Norwood).“Son personas inestables emocionalmente que suelen tener baja autoestima; aspiran a mucho sin poner nada”


Francesc Miralles 22/02/2009

Via: www.elpais.com

miércoles, 25 de febrero de 2009

Remedios Varo

Lo mágico, enigmático y místico en el arte de Remedios Varo
Josefa Zambrano Espinoza



Para Larry Senger y Miguelito

Ábrete, ábrete pequeña hoja verde;
ábrete, ábrete gran puerta de piedra.
Leonora Carrington


Gato-Hombre


“Soy mujer, pero tengo talento”, clama Lisístrata desde la Acrópolis.

A través de los siglos, su voz es la de todas las mujeres. Mujeres que vivimos en un mundo donde la palabra y la agresividad viriles aún tienen la fuerza para hacer de la guerra, por ser “cosa de hombres”, un arte, pero, afortunadamente, ese poder es insuficiente para hacer del arte una guerra, pues el talento, el genio, también es “cosa de mujeres”.

De ahí que sean las mujeres quienes en las guerras han padecido y padecen las más terribles congojas, y en el arte sólo su avasallante talento, su genio, ha sido y es el que, trascendiendo el tiempo, avala el genuino valor artístico y universal de sus obras.

Este es el caso de Remedios Varo, una mujer signada por las guerras y el genio artístico. Creadora de una original, fascinante, enigmática y poco conocida obra, gracias a la cual, 37 años después de su muerte, el Museo Nacional de Mujeres Artistas en Washington, D. C. (único museo en el mundo dedicado a las obras de arte creadas por mujeres) ha exhibido una extraordinaria retrospectiva de su pintura, valorando así el nombre y el arte de “una de las pintoras más importantes del siglo pasado”. Mas ¿quién es Remedios Varo?


Exploración de las fuentes del río Orinoco


Ecos de una vida

Los connaisseurs la presentan como una de las principales exponentes del “surrealismo mexicano tardío”, pues fue en México —país de rasgos socio culturales señaladamente machistas— donde coincidencial y paradójicamente floreció la obra de tres mujeres vinculadas al movimiento surrealista: Leonora Carrington, Frida Kahlo y Remedios Varo.

María de los Remedios Varo Uranga, hija de la extravagante unión de un librepensador ingeniero hidráulico y de una devotísima católica, nació en Anglés, España, en 1908.

Debido a la profesión del padre, la familia viajaba frecuentemente a través de las geografías española y norteafricana. Para mantener entretenida a la niña, que ya daba muestras de su talento para el dibujo y la pintura, el padre la sentaba a su lado mientras trazaba los planos y diseñaba los aparatos mecánicos de sus proyectos hidráulicos, pero, a todas éstas, la madre consideraba que su hija no estaba recibiendo la formación apropiada para una niña de buena familia y decidió internarla en un colegio de monjas.


tránsito en espiral

Cuando la familia se estableció definitivamente en Madrid en 1924, el padre, conocedor de su aptitud para la pintura, la estimula para que ingrese — a pesar del escándalo y disgusto de la madre y sus amigas— a la Academia de San Fernando, donde se convirtió en una de las primeras mujeres estudiantes de arte.

En San Fernado fue condiscípula de Dalí y de Gregorio Lizarraga, con quien se casó luego de graduarse. Juntos se marcharon primero a París y después a Barcelona —en ese momento la capital del modernismo español—, y allí se vincularon con Oscar Domínguez, Esteban Francés, Marcel Jean y otros artistas de vanguardia.

Al estallar la guerra civil española, Remedios se separó de Lizarraga y retornó a París.

Paris era luz y arte, y el arte era surrealista. Conoció a Benjamín Peret y se unieron sentimentalmente en 1937. Peret la introdujo en el círculo de los surrealistas e, inmediatamente, se creó la empatía y afinidad entre Breton, Eluard, Crevel, Desnos, Miró, Arp, Naville y ella.

¡Nuevamente la guerra! París cayó bajo las los cascos, las botas, los tanques y la cruz gamada Nazis; Peret y Varo lo hicieron tras las rejas del gobierno de Vichy, el cual los mantuvo en un campo de concentración hasta finales de 1941 cuando con la ayuda del Comité para Rescates de Emergencia, pudieron escapar a México, donde serían acogidos por la inmensa comunidad de artistas exiliados en ese país.

Corría el año 1947 cuando Peret decidió regresar a París. Varo lo acompañó, pero ya no fue la misma en Europa. Era una mexicana en París y sentía que su antiguo grupo del círculo surrealista ya no era más su gente. Extrañaba al país y al pueblo que la habían acogido y que ella había hecho suyos. Retornó a México, y esta vez fue para siempre.

En 1952 contrajo matrimonio con Walter Gruen —un refugiado político austriaco—, quien, como su padre, al darse cuenta de su singular talento la estimuló y ayudó para que se dedicara exclusivamente a pintar, ya que desde su llegada a Ciudad de México se ganaba la vida como diseñadora y decoradora. De este modo nació el período más fructífero en la producción artística de Varo, el cual se vio truncado de manera intempestiva en 1963 cuando, víctima de un ataque cardiaco, falleció a la edad de 55 años.


La Llamada

Remedios Varo, según Luis Martín Lozano (el crítico que por conocer mayormente su obra, ha sido el curador de la exposición en el MNMA), “tiene un pie en la tradición, y el otro, en la experimentación, pues sus cuadros son como enigmáticas preguntas que no tienen una respuesta específica”. Realmente, ante sus obras el espectador se tropieza con elementos que le resultan sumamente familiares y comienza a preguntarse: ¿dónde he visto este cuadro antes?

La memoria comienza a andar y desandar sin hallar la respuesta concreta, ya que ésta se encuentra en las experiencias infantiles, en los sueños y en las imágenes que pueblan el arte universal. Por lo tanto, lo ya visto está en las iluminaciones y las miniaturas medievales; en los cuadros de Giotto y Lorenzetti; en la pintura del Primer Renacimiento italiano, especialmente Fra Angélico; en Hyeronimus Bosch, Pieter y Jan Breughel y Lucas de Leiden, y desde luego, en el arte surrealista.

En su obra se amalgaman los sueños, los recuerdos de la infancia, las vivencias femeninas y los temores y horrores de la guerra; la búsqueda del conocimiento y la verdad a través de la ciencia, la religión y la filosofía. Su espíritu explora y se adentra en las teorías que van desde la de la gravitación universal hasta la de la relatividad; en el misticismo, el tantrismo y el budismo zen; en el psicoanálisis y, especialmente, los trabajos de Jung; en el Apocalipsis de San Juan y el Corpus Hermeticum que comprende algunos tratados de filosofía neoplatónica y gnóstica, así como también sobre el orfismo, la alquimia, la magia, la metapsíquica, la qabbalah, etc., y el tarot. Por eso, cuando en México conoció a la pintora y escritora Leonora Carrington, de inmediato se hicieron grandes amigas, pues la sensibilidad artística compartida llegaba a tal punto que Varo se refería a Carrington como “mi alma gemela en el arte”.


Hacia la torre


El misticismo de un lenguaje visual

En la obra de Varo la imaginación, como decía Breton, no perdona.

Salvo en obras como “Hacia la torre” (1960), donde la naturaleza es sombría y predominan los colores oscuros tanto en las edificaciones como en los personajes, el lenguaje visual de Remedios Varo ilumina con su color y su magia la posibilidad de acceder a una realidad más allá de la cotidiana; de transportarse a fantásticos mundos en los cuales los hombres se transmutan en gatos, porque de ellos será el paraíso; las mujeres viajan en extrañas barcas o alimentan con puré de estrellas a la luna o reciben llamadas para ascender a otros planos de la existencia; los juglares hacen malabarismos con la piedra filosofal; las naturalezas muertas resucitan y en las nubes la Jerusalén celestial gira sin detener jamás su movimiento.

Para Varo todo es posible. Al hacer uso de la decalcomanía, el fumage y el frotagge —técnicas muy usadas por los pintores surrealistas—, metaforiza el mundo interior y los cambios existenciales, de ahí que en “Gato-hombre” (1943) logre transmutar un ser en otro. Nada la detiene en su búsqueda de nuevas dimensiones metafísicas y espaciales, y para hallar el perfecto equilibrio en “Tránsito en espiral” (1962), los personajes se mueven incansablemente a través de interminables circunvoluciones alrededor de su Jerusalén celestial. Igual sucede en “Naturaleza muerta resucitando” (1963), en la que, al trastocar los conceptos de tiempo, energía y cosmos, se aleja de la racionalidad de las ciencias, penetra en el reino de la metapsíquica y logra insólitos efectos visuales. También en “Paraíso de gatos” (1955), uno de sus más fascinantes cuadros, se vale de su exquisito humor y lo pone al servicio de la imaginación y el color para burlarse de los humanos que andamos tras el paraíso perdido, pues para alcanzarlo tendremos que trasmutarnos en gatos, ya que su edén está sólo reservado para las Cleopatras y los Renés Mermelados que maullarán y jugarán felices por toda la eternidad.

En consecuencia, ante la obra de Remedios Varo hay que admitir que las tonalidades, el movimiento, la alegría, la luz y los enigmas han hecho de su imaginario una expresión de lo maravilloso, por eso en sus autorretratos “La llamada” (1961) y “Exploración de las fuentes del Río Orinoco”(1959), su radiante figura avanza portando el divino elixir o navega en beatífica gracia, pues sabe que definitivamente ha abierto la “puerta de piedra” y revelado los arcanos de la existencia donde, como decía Breton, “solamente lo maravilloso es bello”.


El paraíso de los gatos





viernes, 20 de febrero de 2009

El desnudito de la semana: piel sobre rojo




Mujer sobre fondo rojo, de Pablo Picasso.


La sencillez también es patrimonio del genio picassiano. Y basta esta pintura para demostrarlo: fuerte, neta, clarísima.

Pablo Ruiz Picasso (España, 1881-1973) nació en Málaga, hijo de María Picasso López y del profesor de arte José Ruiz Blasco. Realizó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, sorprendiendo a sus profesores por su rapidez e intuición. Se trasladó a Madrid, pero se escapa a Toledo para admirar y saborear a El Greco, recién descubierto. En abril de 1899 vuelve a Barcelona y se confronta a la vanguardia modernista: Rusiñol, Casas, Utrillo.

Se traslada a París y elige, como maestros a Gauguin, Toulouse-Lautrec, Cézanne. Acierta al escoger su nombre de guerra (con dos eses, como Matisse, Poussin o Rousseau), y acierta al emigrar a otra patria.

La obra de Picasso fue evolucionando en el tiempo permitiendo clasificarla en período azul, período rosa, surrealismo y cubismo analítico y sintético. Muchos de sus últimos cuadros estan basados en las obras de los grandes maestros del pasado como Velázquez, Courbet, Delacroix y Manet.

Además de en la pintura de cuadros, Picasso trabajó en cientos de litografías; se interesó por la cerámica, realizando unas dos mil piezas, más importantísimas esculturas y grabados con los que retornó temas preferidos: el circo, las corridas de toros, el teatro y las escenas eróticas.

A lo largo de toda su vida la obra de Picasso se expuso en innumerables ocasiones. La más inusual de ellas fue la que le dedicó el Louvre en 1971 con motivo del 90 cumpleaños del artista; hasta entonces nunca se había expuesto en el museo parisino la obra de ningún artista vivo.

Dr. Frankenstein Opera Rock ....esta noche en el Diana



José Fors, resucita al monstruo creado por Mary Shelley en esta puesta en escena que pretende abarcar tanto la esencia de la novela original como algunas adaptaciones que ha sufrido en su paso por los numerosos filmes que la han mantenido viva.

En dos actos y treinta y cinco temas musicales incorpora a personajes como el de Igor (ayudante del Dr. Frankenstein) y prescinde de otros existentes en diversas versiones escénicas y cinematográficas. Escenografía y vestuario se presentan en un sincretismo que va desde el Expresionismo Alemán al Gótico actual, que el director pule y orienta hacia una estética moderna, minimal y sombría, recordando las cintas en blanco y negro que inmortalizaron al monstruo.

Con música, letra y dirección de José Fors (quien también interpreta al monstruo), escucharemos en la grabación de la banda sonora a personalidades como Ugo Rodríguez (Azul Violeta), interpretando a Víctor Frankenstein, y Ely Guerra como Elizabeth, su prometida. En su elaboración participaron tanto músicos de conservatorio como integrantes de destacados grupos del mundo del rock como Cuca, Forseps, Jaguares, Santa Sabina y Fobia, entre otros.

Éste es un espectáculo concebido y realizado en Guadalajara, México, con el apoyo en producción de La Dirección de Música de la Universidad de Guadalajara para todo el mundo de habla hispana.

FORSII

El material doble CD llega a tiendas la primera semana de Diciembre 2008, se espera que en 2009 llegue a diferentes ciudades del pais la OPERA ROCK DR. FRANKENSTEIN presentada por José Fors.

via por Rugerio



jueves, 19 de febrero de 2009

Sherele Klezmer Jazz band innovations


Sherele es un cuarteto integrado por músicos de geografías y culturas diversas. La experiencia de vivir en el extranjero, de afrontar otras culturas y cuestionar y añorar la tierra propia sumado a la adquisición de formas musicales de distintos países, son elementos vivénciales y musicales que nutren su interpretación del género. El cuarteto Sherele toma temas del repertorio klezmer y los arregla incorporando elementos de jazz, rock, tango, folklore argentino y mexicano, a una interpretación cercana a la tradición.



Sherele, cuarteto que incursiona en el klezmer, presentará su primera grabación

CECILIA DURAN

El cuarteto se presentará el jueves en el foro Juan José Arreola
El cuarteto se presentará el jueves en el foro Juan José Arreola Foto: HECTOR JESUS HERNANDEZ

El cuarteto Sherele presentará su primer disco Oy Mame Shein Pickles Chiles and Jrein en el que reúnen los temas más representativos del klezmer, género musical que el grupo ha difundido en la ciudad en los últimos tres años.

Después de numerosas presentaciones en foros importantes y festivales, los integrantes consideraron que era momento de concentrar en un disco la música tradicional de los judíos de Europa del este.

“El título del disco es una idea de la mezcla, de lo mexicano, lo judío, porque nosotros en el klezmer mezclamos estilos en nuestra interpretación del género. Son versiones que nosotros les ponemos nuestras propias cosas, lo fusionamos con jazz, folclor, rock”, dijo el baterista Diego Escobar.

Agregó que las canciones elegidas son las más representativas de distintos tipos de klezmer. “En este primer disco queríamos dar a conocer el género a través de canciones tradicionales e importantes. Una pieza original, compuesta por Nathalie Broux cumple una función importante porque muestra una parte del klezmer que no está representada en el resto de las canciones”.

Los miembros de Sherele coincidieron en que el disco fue posible por la gran aceptación del klezmer en Guadalajara. Esto se debe en parte a la alegría que transmite la música.

“El klezmer es una música muy viva, de mucha melancolía y tristeza pero también de mucha alegría. Habla de añorar pueblos y raíces y de no estar en el lugar que nacieron por toda la situación que todos sabemos. Nosotros hemos vivido en muchos lugares diferentes y sentimos todas esas cosas”, dijo el bajista Luis Eduardo Arreola.

Continuó: “la gente ha respondido muy bien, de repente nos hemos encontrado platicando con algunas personas que nos escuchan y nos abordan después de los conciertos. Cada vez la gente está más en la búsqueda de lo que los impacte más o los lleve a otros lugares donde no los ha llevado la música que escuchan normalmente”.

La clarinetista francesa Nathalie Broux opinó que “todavía hay mucha gente que no sabe lo que es, pero es una música con melodías tan fuertes, que a la gente le llega. La gente no tiene que tener una explicación de qué es, lo siente inmediatamente y nos sorprendió que en la Fiesta de la Música la gente empezó a bailar. Esto es lo más importante para nosotros”.

Los integrantes de Sherele son Diego Escobar en la batería, Nathalie Broux en el clarinete, Sibila Knobel en la guitarra, Luis Eduardo Arreola en el bajo. Para el primer disco el músico invitado es Gilberto Cervantes.

Oy Mame Shein Pickles Chiles and Jrein se presenta el jueves a las 21 horas en el foro Juan José Arreola del Museo de Arte de Zapopan (Andador 20 de Noviembre 166). La entrada es gratuita.



SÓLO UN SUEÑO (REVOLUTIONARY ROAD)


SÓLO UN SUEÑO (REVOLUTIONARY ROAD)
Luis García Orso

Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, la pareja idealizada en la empalagosa y triunfadora historia del Titanic, vuelve a reunirse once años después, ahora como un matrimonio común norteamericano de 1955 que pretende sacar adelante sus ilusiones y sólo conseguirá exhibir sus más amargas frustraciones y sucumbir a otro naufragio, mucho más real y sin la menor pizca de sensiblería tramposa. Sólo la frustración que genera una sociedad –y así toda familia y toda persona- cimentada en el egoísmo y en la vacuidad.

Frank y April Wheeler se conocen poco después de terminar la Segunda Guerra Mundial, se enamoran a la primera y se casan. Guapos, jóvenes y con talento, se diría que componen el matrimonio perfecto. Son “gente especial” que se merece una linda casa en Revolutionary Road, no en las calles para gente común y corriente. Pero diez años después, y a pesar de que tienen dos hijos preciosos, su relación se ha anquilosado y se viene abajo. Ella ha conocido el fracaso de su carrera como actriz, y quedarse sólo en el hogar no la hace feliz; él tiene un trabajo gris de oficinista en el piso 15, con pocos alicientes, imitación de los veinte años que su padre trabajó en la misma empresa. La felicidad perfecta que debía embargarles, el sueño americano hecho realidad, no existe. ¿Qué hacer para volver a ilusionarse?

Adaptación de la novela homónima de Richard Yates, profesor universitario y guionista en Hollywood en los 60, Revolutionary Road se trató de filmar en aquella época y nadie se atrevió a producirla: les confrontaba y agredía demasiado. Se trata de una crónica del desamor, una mirada tremendamente pesimista a los Estados Unidos de los años 50 – pero que sigue tan actual- donde tras la fachada de una vida ideal se ocultan la frustración, el vacío, la desesperación paralizante. Historia desoladora en que unos personajes ahogados en la rutina y en su egoísmo no saben amar ni evolucionar hacia ninguna parte, como reflejo y protagonistas de una sociedad occidental enferma, que seduce con el engaño de la comodidad y la prosperidad, y deja en la infelicidad y en un “vacío desesperanzado”. Paradójicamente, un joven enfermo mental se convierte en el profeta que de pronto aparece para sacar a luz la verdad de lo que se vive.

Sam Mendes toma un guión perfecto y dirige con maestría una tragedia sin dejar espacio a la catarsis y a la complacencia, dejando que los personajes evolucionen desde su realidad y con todas sus amargas consecuencias. La temática nos conecta con la mejor tradición dramática de ¿Quién teme a Virginia Woolf? (Mike Nichols, 1966), Gente como uno (Ordinary People, Robert Redford, 1980), y Belleza Americana (Sam Mendes, 1999). Leonardo DiCaprio y Kate Winslet dan su mejor actuación hasta ahora, y la narrativa luce además con una acertada iluminación de colores pastel deslavados y con la sobria música de Newman.



En el espléndido final de la historia, cuando nuevamente la simbólica mujer vendedora de apariencias dice que ha encontrado al mejor matrimonio de “gente bonita y triunfadora” para habitar una casa en Revolutionary Road, ya sabemos –tristemente- que es tiempo de apagar el sonido y dejar que la mujer siga hablando sola. Al cabo, todo es sólo un sueño… tan amargo como mentiroso.

Luis García Orso
México, Febrero16 de 2009

viernes, 13 de febrero de 2009

Feliz dia del AMOR y la amistad



Complicaciones de volar un puente.



El arte tiende a ser una actividad solitaria: el pintor en su taller (con modelos desnudas, de preferencia, claro está), el escritor frente a su pluma de ganso, su Olivetti o su PC... Pero el cine, al revés, implica crear arte en colectivo. Algunas películas podrán haber sido creadas con escasez de medios, pero aún así requiere la cooperación de muchos técnicos en varios rubros distintos. Desgraciadamente, entre poner de acuerdo a tanta gente para hacer tal o cual cosa, suelen ocurrir accidentes. Uno de los costosos, ocurrió en la filmación de "El bueno, el malo y el feo", el clásico Spaghetti Western protagonizado por Clint Eastwood.

A pesar de ser largamente sindicada como italiana por ser un Spaghetti Western, por estar Sergio Leone de director, y por tener soundtrack de Ennio Morricone, lo cierto es que "El bueno, el malo y el feo" fue una coproducción entre capitales italianos, alemanes y españoles. Así es como el equipo productor arribó a España para rodar. Quienes hayan visto la peli recordarán que parte importante de la trama transcurre alrededor de las peripecias de los protas para volar un puente, en medio de la Guerra Civil de Estados Unidos (sí, un director italiano con capitales alemanes rueda en España una escena de yankis contra sudistas... ¡misterios del cine!). Para la escena, los esforzados ingenieros militares españoles levantaron todo un puente, simplemente para volarlo después. Como siempre las escenas que implican dinamitar cosas (automóviles, puentes, lo que sea) tienden a ser monetariamente costosas, sólo cabe hacer una sola toma, o los costos se encarecen astronómicamente, de manera que se pusieron todos de acuerdo para que saliera a la primera y sin error. La señal era que Sergio Leone diría "Vai!" ("¡Vamos!"), por un walkie-talkie, y entonces el capitán de los ingenieros militares que habían construido el puente, tendría el honor de presionar el detonador y volarlo a dinamitazo limpio.

El problema es que de pronto, por el mismo canal de walkie-talkie, un cualquiera del equipo técnico de la película le dijo a otro cualquiera "Vai! Vai!", refiriéndose a otro asuntillo completamente distinto. El capitán, con obediencia militar, creyó que Sergio Leone estaba dando la señal, y pulsó el detonador. El puente fue volado, y no había ninguna cámara rodando. Suerte hubo que tampoco había nadie ni en el puente ni en sus cercanías, así es que no hubo lesionados ni muertos que lamentar. Sergio Leone, furioso por supuesto, despidió al sujeto en cuestión. Pero el capitán, avergonzado en su honor militar, se comprometió a reconstruir por completo otra vez el mismo puente, mientras Sergio Leone rodaba otras escenas. La única condición que puso, es que el pobre desgraciado que había dado origen al problema fuera recontratado, a lo que Leone accedió. De esta manera el técnico volvió al set, Leone grabó otras escenas, el puente fue reconstruido... Y fue volado por segunda vez, ahora sí con todas las de la ley, con cámaras grabando la detonación.

Fabulas de policias y ladrones....

miércoles, 11 de febrero de 2009

Es mejor......


"Es mejor saber después de haber pensado y discutido que aceptar los saberes que nadie discute para no tener que pensar."
Fernando Savater

Entrevista de Carmen Aristegui a Denisse Dresser





“El discurso que casi todos quisieran decir”


Recién acabo de leer en Sentido comun el discurso de Denise Dresser en el foro “México ante la crisis” organizado por el Senado de México(Jueves 29 de Enero).

Y tienen razón los de Reporte Índigo al titularlo “El discurso que casi todos quisieran decir”, al menos yo si lo quisiera, sobre todo porque tuvo la valentía y desfachatez de decirlo frente α la los principales imputados en su discurso, así con nombres y apellidos.

Α menos que me equivoque, eso espero, me extraña sobremanera que no lo hayan reproducido todos los medios de comunicación, aunque pensándolo bien, no resulta tan extraño, al fin y al cabo los medios de comunicación se llevan su parte en el discurso.

Mención aparte merece el hecho de que ni Manlio Fabio Beltrones ni Carlos Navarrete se atrevieron a aplaudir de pie como el resto de la concurrencia.

Así que no me quiero quedar con las ganas de ayudar a compartir este excelente discurso, cuyo texto integro se reproduce a continuación.

¡Gracias Denise!

Tres vídeos y al final el texto completo
primera parte

segunda parte

tercera parte


texto original:

Intervención de la doctora Denise Dresser, durante el Foro “México ante la Crisis, ¿Qué hacer para crecer?”

El moderador Rolando Cordera Campos: Gracias licenciado Aguilar Borrego. Vamos a escuchar ahora a la doctora Denise Dresser, del Instituto Tecnológico Autónomo de México.

La doctora del Instituto Tecnológico Autónomo de México, Denise Dresser:

Gracias. Es un gran placer estar aquí como académica, como ciudadana, como mujer, lamentablemente la única invitada a este foro.

México es un país privilegiado. Tiene una ubicación geográfica extraordinaria y cuenta con grandes riquezas naturales. Está poblado por millones de personas talentosas y trabajadoras. Pero a pesar de ello la pregunta perenne sigue siendo: ¿Por qué no crecemos a la velocidad que podríamos y deberíamos? ¿Por qué seguimos discutiendo este tema año tras año, foro tras foro?

Aventuro algunas respuestas y les pediría que me acompañaran en un ejercicio intelectual recordando aquel famoso libro de madame Calderón de la Barca, llamado La vida en México, escrito en el siglo XVII, en el cual intenta describir las principales características del país.

Si madame Calderón de la Barca escribiera su famoso libro hoy, tendría que cambiarle el título a Oligopolilandia, porque desde el primer momento en el que pisara el país se enfrentaría a los síntomas de una economía política disfuncional que la crisis tan sólo agrava.

Aterrizaría en uno de los aeropuertos más caros del mundo, se vería asediada por maleteros que controlan el servicio, tomaría un taxi de una compañía que se ha autodecretado un aumento del 30 por ciento, ante el pasmo de las autoridades y si tuviera que cargar gasolina, podría hacerlo tan sólo en Pemex.

En el hotel habría 75 por ciento de probabilidades de que consumiera una tortilla vendida por un solo distribuidor; y si se enfermara del estómago y necesitara ir a una farmacia descubriría que las medicinas ahí cuestan más que en muchas partes del mundo. Y si le hablara a su esposo de larga distancia para quejarse de la situación pagaría entre las tarifas más elevadas de la OCDE. Y si prendiera la televisión para distraerse ante el mal rato, descubriría que sólo existen dos cadenas.

Para entender la situación en la que se encuentra tendría que recordar lo que dijo Guillermo Ortiz hace unos días: “no hemos creado las condiciones para que los recursos se usen de manera eficiente”, o tendría que leer el libro Good Capitalism, Bad Capitalism, que explica por qué algunos países prosperan y otros se estancan; por qué algunos promueven la equidad y otros no logran hacerlo.

La respuesta se halla en la mezcla correcta de Estado y mercado; de regulación e innovación. Y hoy México es un ejemplo clásico de lo que el premio Nobel de Economía, Joseph E. Stiglitz, llama “una mala encarnación del capitalismo”, el capitalismo de cuate, honey capitalism, el capitalismo de cómplices, el capitalismo que no se basa en la competencia o en la innovación, sino en su obstaculización.

Ese andamiaje de privilegios y de posiciones dominantes y nudos sindicales en sectores cruciales para el desarrollo de cualquier país, y México no es la excepción.

¿Cuáles son esos sectores? Telecomunicaciones, servicios financieros, transporte, energía. Nudos que aprisionan a la economía y la vuelven ineficiente. Una mezcla de capitalismo de Estado y capitalismo oligárquico.

Hoy México, inmerso en esta crisis, está aún lejos de acceder a ese capitalismo exitoso, dinámico, democrático, donde el Estado no protege privilegios, no defiende cotos, no elige ganadores, no permite la perpetuación de un pequeño grupo de oligarcas con el poder de vetar las reformas que los perjudican. Ese capitalismo abierto donde las autoridades crean condiciones para los mercados abiertos, competitivos, innovadores que proveen mejores productos a precios más baratos para los consumidores, para los ciudadanos.

Y hoy México, lamentablemente, carga con los resultados de esfuerzos fallidos por modernizar esta economía durante los últimos 20 años. Las reformas de los ochenta y noventa entrañaron la privatización, la liberalización comercial, pero esas reformas no produjeron una economía dinámica de mercado, con regulación gubernamental eficaz, capaz de crear mercados funcionales y competitivos, porque en vez de transparencia y reglas claras prevaleció la discrecionalidad entre los empresarios que se beneficiaron de las privatizaciones y los funcionarios del gobierno encargados de regularlos.

Las declaraciones de Agustín Carstens, el martes pasado, en torno a la necesidad de combatir los monopolios en telefonía son bienvenidas. Lamentablemente se dan 18 años tarde y ahí están los resultados: una economía que no crece lo suficiente; una elite empresarial que no compite lo suficiente, un modelo económico que concentra la riqueza y distribuye mal la que hay.

México está atrapado por una red intrincada de privilegios y vetos empresariales y posiciones dominantes que inhiben un terreno más nivelado de juego. Una red que opera a base de favores y concesiones y protección regulatoria que el gobierno ofrece y los miembros de la cúpula empresarial de este país exigen para invertir.

¿Quién? Alguien como el dueño de una distribuidora de maíz o el concesionario de una carretera privada o el comprador de un banco rescatado por el Fobaproa o el principal accionista de Telmex o el operador de un Afore.

Estos actores capturan rentas a través de la explotación o la manipulación del entorno económico en vez de generar ganancias legítimas a través de la innovación y la creación de riqueza.

Y los consumidores, los ciudadanos de México contribuyen a la fortuna de los rentistas cada vez que pagan la cuenta telefónica, la conexión a Internet, la cuota en la carretera, la tortilla a un precio fijo, la comisión de las Afore, la comisión por una tarjeta de crédito; ejemplo tras ejemplo de rentas extraídas a través de la manipulación de los mercados. Y el rentismo acentúa la desigualdad, produce costos sociales, disminuye la productividad, aumenta los costos de transacción en una economía que para competir globalmente necesita disminuirlos.

Y para extraer esas rentas, esos jugadores dominantes, han erigido altas barreras de entrada a nuevos jugadores, creando así cuellos de botella que inhiben el crecimiento de México en un mundo cada vez más globalizado, y la concentración de la riqueza y el poder económico en esos jugadores dominantes ¿en qué se traduce? En ventajas injustas, en captura regulatoria, en políticas públicas que favorecen intereses particulares. Pero, peor aún, convierte a los representantes del interés público, a muchos de los diputados y los senadores sentados aquí, en empleados de los intereses atrincherados. Convierte al gobierno en empleado de las personas más poderosas del país y lleva a las siguientes preguntas:

¿Quién gobierna en México, el Senado de la República o Ricardo Salinas Pliego, cuando logra controlar los vericuetos del proceso legislativo, como lo hizo en el tema de los corresponsales bancarios? ¿Quién gobierna en México, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes o UNEFON, la Comisión Nacional Bancaria o los bancos que se rehusan a cumplir con las obligaciones de transparencia que la ley les exige? ¿Quién gobierna en México, la Secretaría de Educación Pública o Elba Esther Gordillo, la Comisión Federal de Competencia o Carlos Slim, Pemex o Carlos Romero Deschamps, ustedes o una serie de intereses que no logran contener?

Porque ante los vacíos de autoridad y la captura regulatoria y las decisiones de política pública que benefician a una minoría, la respuesta parece obvia.

México padece lo que algunos llaman “un Estado dentro del Estado”, o lo que otros denominan “una economía sin un gobierno capaz de regularla de manera eficaz”. Eso, y no la caída en la producción petrolera es lo que condena a México al subdesempeño crónico. Y una y otra vez el debate en este país sobre cómo promover el crecimiento y cómo fomentar la inversión y cómo generar el empleo se encuentra fuera de foco.

El gobierno piensa que para lograr esos objetivos basta con tenderle la mano al sector privado, para que invierta bajo cualquier condición, y el sector privado, por su parte, piensa que es la panacea que se le permita participar; por ejemplo, en el sector petrolero.

Pero ésa es sólo una solución parcial a un problema mucho más profundo, el meollo detrás de la mediocridad económica de México se encuentra en su estructura económica y en las reglas del juego político que la apuntalan; una estructura demasiado pesada en la punta de la pirámide, una estructura oligopolizada, donde unos cuantos se dedican a la extracción de rentas, una estructura de complicidades y colusiones que el gobierno permite y del cual también se beneficia.

Y claro, muchos de los miembros del gabinete de Felipe Calderón, muchos de los presentes en este foro hablarán del crecimiento como prioridad central; pero más bien, lo perciben como variable residual, más bien parecería que busca? Y duele reconocerlo como ciudadana? asegurar un grado mínimo de avance para mantener la paz social, pero sin alterar la correlación de fuerzas existentes, sin cambiar la estructura económica de una manera fundamental.

Y el problema surge cuando ese modelo que hemos construido comienza a crear monstruos, cuando ese apoyo gubernamental, a ciertos grupos y ciertas personas produce monopolios, duopolios, oligopolios y sindicatos rapaces que ya no pueden ser controlados, cuando las criaturas del Estado, como las llama Moisés Naím, el editor de la revista Foreing Policy, amenazan con devorar a ese Estado.

Sólo así se entiende la devolución gubernamental de 550 millones de dólares a Ricardo Salinas Pliego por intereses supuestamente mal cobrados un día antes del fin del sexenio de Vicente Fox, devolución otorgada por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

Sólo así se entiende el comunicado lamentable de la SCT, hace un año, celebrando la alianza entre Telemundo y Televisa, cuando en realidad revelaba una claudicación gubernamental ante la posibilidad de una tercera cadena de televisión.

Sólo así se entiende que nadie en este país levante un dedo para sancionar a Televisión Azteca cuando viola la ley, al rehusarse a transmitir los spot del IFE o se apropia del cerro del Chiquihuite.

Sólo así se entiende la posposición ad infinitum en el Senado de la República de una nueva ley de medios para promover la competencia en el sector.

Sólo así se comprende que la reforma a Pemex deje sin tocar el asunto del sindicato.

Sólo así se entiende la posibilidad de darle entrada a Carlos Slim a la televisión sin obligarlo a cumplir con las condiciones de su concesión original, síntomas de un gobierno ineficaz, síntomas de un gobierno doblegado; con efectos cada vez más obvios y cada vez más onerosos que la crisis pone en evidencia porque no logramos reformarnos a tiempo.

Mucha riqueza, pocos beneficiarios, crecimiento estancado, país aletargado, intereses atrincherados, reformas diluidas, poca competencia, baja competitividad, poder concentrado, democracia puesta en jaque.

Un gobierno que en lugar de domesticar a las criaturas que ha creado, ahora vive aterrorizado por ellas.

¿Y cuáles son las consecuencias de este mal capitalismo mexicano, donde las élites tradicionales son fuertes, la gobernabilidad democrática es poco eficaz, los partidos políticos tienden a estar capturados, las reformas económicas tienden a ser minimalistas?

El incrementalismo de la política pública en México se explica por el poder de veto que tienen aquellos que aseguran la perpetuación de sus intereses.

Si ustedes verdaderamente quieren que México crezca, tendrán que crear la capacidad de regular y reformar en nombre del interés público. Tendrán que mandar señales inequívocas de cómo van a desactivar esos centros de veto que están bloqueando el crecimiento económico y la consolidación democrática.

¿Y de quiénes estamos hablando aquí? Tienen nombre y apellido, los monopolistas abusivos y los sindicatos rapaces, y las televisoras chantajistas, y los empresarios privilegiados y sus aliados en el gobierno.

Si ustedes verdaderamente quieren que México prospere, tendrán que tomar decisiones que desaten el dinamismo económico, que fortalezcan la capacidad regulatoria del Estado y contribuyan a crear mercados que promuevan la competencia y gracias a ellos aumenten la competitividad. En pocas palabras, usar al Estado para contener a aquellos con más poder que el gobierno, con más peso que el electorado, con más intereses que el interés público.

¿Quieren medidas específicas? Se las doy. Los exhorto a leer textos tan incluyentes como: el reporte sobre el crecimiento, el poder de la productividad. A estar conscientes de todo lo que un país interesado en crecer y competir debe hacer para lograrlo.

A saber que ellos requiere una economía capaz de producir bienes y servicios de tal manera que los trabajadores puedan ganar más y más. A entender que ello se basa en la expansión rápida del conocimiento y la innovación. En nuevas formas de hacer cosas y mejorarlas. En técnicas que aumentan la productividad de manera constante. A reconocer que las economías dinámicas suelen ser aquellas capaces de promover la competencia y reducir las barreras de entrada a nuevos jugadores. A entender que es tarea del gobierno a través de la regulación adecuada crear un entorno en el cual las empresas se vean presionadas por sus competidores para innovar y reducir precios y pasar esos beneficios a los consumidores a comprender que si eso no ocurre nadie tiene incentivos para innovar; en lugar de ser motores del crecimiento las empresas protegidas o monopólicas terminan estrangulándolo.

¿Y cómo empezar a empujar eso? Con una tercera cadena de televisión abierta, con el fomento a la competencia en banda ancha usando, por ejemplo, la red de la Comisión Federal de Electricidad.

Con el fortalecimiento de los órganos regulatorios, con sanciones a quienes violen los términos de su concesión, con la creación de mercados funcionales como el que se logró con las aerolíneas de bajo costo, con medidas que empiecen a desmantelar esos cuellos de botella y a domesticar a esas criaturas del Estado.

La respuesta, como dijo Ricardo Lagos el martes, en el fondo es política; no económica. Tiene que ver con la inauguración de un nuevo tipo de relación entre el Estado, el mercado y los ciudadanos de este país.

Porque si la clase política de México, sentada aquí en primera fila de esta foro, no logra construir los cimientos del capitalismo democrático, condenará a México al subdesempeño crónico, a ser un terreno fértil para los movimientos en contra de las instituciones, condenará al país a cojear de lado, saboteado por instituciones políticas que no logra remodelar monopolios públicos y privados, que no logra desmantelar estructuras corporativas, que no logra democratizar.

Y será lo que el presidente Felipe Calderón llama “un país de ganadores”, pero un país en el que siempre ganan los mismos, un lugar en que las grandes fortunas empresariales se construyen a base de la protección política y no de la innovación empresarial.

Un lugar en que el crecimiento económico ha sido mucho menos en la última década que en el resto de América Latina debido a esos cuellos de botella que los oligopolistas han diseñado y sus amigos en el gobierno les han permitido defender.

Un lugar en donde las penurias que la señora Calderón de la Barca enfrentó con los aeropuertos y los maleteros y los taxis y las gasolineras y la telefonía y la televisión? Entre tantos sectores más? son las mismas penurias que padecen millones de mexicanos, más.

Ese consumidor, ese ciudadano sin voz, sin alternativa, sin protección, ese hombre invisible, esa mujer sin rostro, esa persona que paga mes tras mes tarifas telefónicas más altas que casi en cualquier parte del mundo, es estudiante que paga mes tras mes una cuenta de Internet superior a la de sus contrapartes en América del Norte.

Esa compañía que paga mes con mes servicios de telecomunicaciones, que elevan sus gastos de operación y reducen sus ganancias, miles de personas con comisiones por servicios financieros que no logran entender, con cobros inusitados que nadie puede explicar, parados en la cola de los bancos, ahí varados, ahí desprotegidos, ahí sin opciones, ahí afuera, víctimas de un sistema económico disfuncional, institucionalizado por una clase política que aplaude la aprobación de reformas que no atacan el corazón del problema, presidentes y secretarios de Estado, y diputados y senadores y empresarios que celebran una y otra vez el consenso para no cambiar.

Y aunque se agradece que este foro acepte la magnitud de la crisis, si de aquí no surgen medidas concretas para mirar más allá de la coyuntura, revelará nuevamente nuestra incapacidad para encarar honestamente los problemas que México viene arrastrando desde hace décadas.

Revelará la pretensión de los sentados aquí, a proponer reformas aisladas, anunciar medidas cortoplacistas, a eludir las distorsiones del sistema económico, a instrumentar políticas públicas a pedacitos para llegar a acuerdos que tan sólo perpetúan el statu quo.

Y con esto termino. Mientras allá afuera la realidad acecha a golpes de 327 mil despedidos, crecimiento negativo, el lugar 60 de 134 en el Índice Global de Competitividad y una nación que dice reformarse mientras evita hacerlo.

México no crece por la forma en la cual se usa y se ejerce y se comparte el poder, ni más ni menos, por las reglas discrecionales y politizadas que rigen al capitalismo de cuates, por la supervivencia de las estructuras corporativas que el gobierno creó y sigue financiando, por un modelo económico que canaliza las rentas del petróleo a demasiadas clientelas, por un sistema político que funciona muy bien para sus partidos, pero muy mal para sus ciudadanos.

Un sistema de extracción sin representación, creando así un país poblado por personas obligadas a diluir la esperanza, a encoger las expectativas, a cruzar la frontera al ritmo de 400 mil personas al año en busca de la movilidad social que no encuentran en su propio país, obligados a vivir con la palma extendida, esperando la próxima dádiva del próximo político, obligados a marchar en las calles, porque piensan que nadie en el gobierno los escucha, a desconfiar de las instituciones, a presenciar la muerte común de los sueños, porque México avanza a la velocidad que podría y debería, que podría y debería.

Muchas gracias.
El moderador Rolando Cordera Campos: Gracias, doctora Dresser.

Mademoiselle en la alianza Francesa

El día de ayer, en otra noche de martes franco-cinéfilos, tuvimos la oportunidad de ver una hermosa película del realizador Phillippe Lioret; estoy hablando de, El desliz (Mademoiselle, en su titulo original) una bella aventura de romance pasajero.


Sinopsis:
Claire ( interpretada por Sandrine Bonnaire) es una bellisima agente de ventas, felizmente casada y con dos hijos. En el marco de la despedida de un colega de trabajo, asiste a una convención anual de farmacéuticos, y ahí se encuentra con Pierre, un simpático sujeto que se gana la vida junto a sus compañeros; divirtiendo a la gente con sus muy originales improvisaciones.
Un accidente hace que Claire, viaje junto a Pierre (Jacques Gamblin) y su grupo. Más tarde, Claire se da cuenta que se enamoró de Pierre... y que es correspondida. Sus dos mundos, totalmente opuestos colisionan y, durante 24 horas, son la pareja perfecta.

"El Desliz" es una pieza sencilla y directa, con una trama agradable e ingeniosa. Es inevitable para el espectador no quedarse fascinado con la hermosa sonrisa que la actriz Sandrine Bonnaire, nos regala a cada momento, además de su expresividad facial, que en cierto modo nos regala un pequeño dejo a Helent Hunt (una de mis actrices favoritas) solo que dotada de mucho mayor encanto. Destacable es también el excelente trabajo de fotografía, con tomas impecables y refrescantes para vista.

La relación entre Claire y Pierre es el clásico caso de amor a primera vista, cuando todo lo demás pasa a un segundo plano y lo único que importa es aprovechar cada segundo antes de que la realidad nos toque al hombro. filme delicado y de clara recomendación.

Nada más que decir por el momento.
¡Saludos!
via: http:templo-kaori.blogspot.com

Joseph Wright of Derby, pintor de la Revolución Industrial


Joseph Wright (3 de septiembre de 1734 - 29 de agosto de 1797), conocido como Wright of Derby (Wright de Derby) fue un pintor inglés famoso por sus pinturas de paisajes y sus retratos. Ha sido considerado el «primer pintor profesional que expresó el espíritu de la Revolución Industrial».

Nació en Irongate, Derby y era hijo de un abogado que sería más tarde secretario de la ciudad. Para convertirse en pintor viajó a Londres en 1751 para estudiar durante dos años bajo la tutela de Thomas Hudson, maestro de pintores como Joshua Reynolds. Tras realizar varios retratos en Derby consiguió un empleo durante quince meses trabajando para su antiguo maestro. Más tarde se instaló en Derby. Adquirió fama como retratista y por la producción de cuadros con fuertes claroscuros bajo condiciones de luz artificial que dotaban a sus obras de un estilo propio y fácilmente identificable.

Se casó en 1773, y a finales de ese año visitó Italia, donde permaneció hasta 1775. Estando en Nápoles fue testigo de una erupción del monte Vesubio, que fue el tema de muchas pinturas posteriores. A su regreso de Italia se estableció en Bath como retratista; pero ante la falta de estímulos regresó a Derby, donde pasó el resto de su vida.

Con frecuencia contribuyó a las exposiciones de la Sociedad de Artistas, y a las de la Royal Academy, de la que fue elegido asociado en 1781 y miembro de pleno derecho en 1784. No obstante, declinó este segundo honor debido a un desaire que creyó haber recibido, y rompió relaciones oficiales con la Academia, aunque siguió contribuyendo a las exposiciones desde 1783 hasta 1794.

Experimento con un pájaro en una bomba de aire (en inglés, An Experiment on a Bird in the Air Pump) es un óleo sobre lienzo obra de Joseph Wright de Derby, parte de una serie de escenas iluminadas con velas que Wright pintó durante los años 1760. Este cuadro se diferencia de las convenciones pictóricas previas en que representa un tema científico en la manera reverente anteriormente reservada a escenas de significado histórico o religioso. Wright trabajó sobre todo en su ciudad natal, Derby, uno de los centros de la Revolución Industrial,[1] por lo que estaba íntimamente involucrado en su representación, así como de los avances científicos de la Ilustración, pero aunque sus contemporáneos reconocían estas pinturas como algo fuera de lo normal, su estatus provinciano y la elección de temas significaron que el estilo nunca fue ampliamente imitado. El cuadro ha sido propiedad de la National Gallery desde 1863 y aún está considerado como una obra maestra del arte británico.

La pintura representa un filósofo natural, un precedente del moderno científico, recreando uno de los experimentos con bomba de aire de Robert Boyle, en el que un pájaro se ve privado de oxígeno, ante un variado grupo de espectadores. El grupo muestra una variedad de reacciones, pero en la mayor parte de ellos la curiosidad científica supera la preocupación por el pájaro. La figura central mira hacia afuera de la pintura como si invitara al espectador a que participe en el acontecimiento.

Durante su aprendizaje como pintor y primeros tiempos de su carrera, Wright se concentró en los retratos. Para el año 1762, era un completo retratista, y su retrato de grupo del año 1764 James Shuttleworth, su esposa e hija está reconocido como su primera obra maestra verdadera. Benedict Nicholson sugiere que Wright recibió la influencia de Thomas Frye; en particular por las dieciocho mediatintas tamaño busto que Frye completó justo antes de su muerte en 1762. Es quizás las imágenes a la luz de la vela de Frye lo que tentó a Wright para experimentar con piezas temáticas. El primer intento de Wright, Una joven leyendo una carta a la luz de una vela con un joven mirando por encima de su hombro de 1762 o 1763, es un atrayente acercamiento al género, pero poco complicado. La obra de Wright Experimento con un pájaro en una bomba de aire forma parte de una serie de nocturnos a la luz de la vela que produjo entre 1765 y 1768.

La primera de sus obras maestras con luz de vela, Tres personas mirando al «Gladiador» a la luz de la vela, la pintó en 1765, y mostraba a tres hombres estudiando un modelo del «Gladiador Borghese». El Gladiador era muy admirado; pero su siguiente cuadro, Un filósofo impartiendo una conferencia en el planetario, en el que se pone una lámpara en lugar del Sol (normalmente conocido con el nombre abreviado de Un filósofo dando una conferencia en el planetario o El planetario) causó sensación, pues sustituyó el tema clásico como centro de la escena con uno de naturaleza científica. La representación de Wright del asombro que producían los «milagros» científicos marcó una ruptura con tradiciones previas en las que la representación artística de semejantes maravillas estaba reservada a acontecimientos religiosos,[11] ya que para Wright las maravillas de la época tecnológica inspiraban tanto asombro como los temas de las grandes obras religiosas.[12] Una crítica anónima de la época llamó a Wright «un genio muy grande e infrecuente en una manera muy particular».[13] El planetario fue pintado sin un encargo, probablemente esperando que fuera comprado por Washington Shirley, quinto conde Ferrers, un astrónomo aficionado quien tenía un planetario propio, y con quien se quedaba Peter Perez Burdett, amigo de Wright, cuando estaba en Derbyshire. Se cree que están representados en el cuadro tanto Burdett como Ferrers, Burdett tomando notas y Ferrers sentado con su hijo cerca del planetario.[8] Ferrers compró el cuadro por £210, pero el sexto conde lo vendió en subasta, y ahora lo conserva el Museo y Galería de Arte de Derby.[14]

Detalle:

A continuación, en 1768, realizó Experimento con un pájaro en una bomba de aire, contrastando el experimento cargado de emoción con la ordenada escena de El Planetario. El cuadro, que mide 183 por 244 centímetros, muestra a una pequeña cacatúa aleteando con pánico al tiempo que el aire es lentamente sustraído del recipiente de vacío por la bomba. Los testigos muestran diversas emociones: las niñas aparecen asustadas, una de ellas mira con preocupación el destino del pájaro, mientras que la otra está demasiado triste para para observar, se tapa los ojos con la mano y es reconfortada por su padre; un caballero mide el tiempo del experimento, desapasionadamente, y a su lado un chico mira con interés; otro caballero, a la derecha del cuadro, muestra una actitud pensativa, mientras que los jóvenes novios de la izquierda del cuadro están ocupados sólo el uno del otro, tan absortos en su asunto amoroso que no atienden al experimento. El científico mira directamente fuera del cuadro, como si desafiara al espectador a juzgar si debe continuar la extracción de aire, matando al pájaro, o si el aire debe ser repuesto y la cacatúa salvada. Salvo por parte de los niños, se muestra muy poca simpatía hacia el pájaro; David Solkin sugiere que los personajes del cuadro muestran la desapasionada indiferencia de la naciente sociedad científica. Los individuos están preocupados uno por el otro: el padre por sus niñas, el joven por la muchacha, pero la angustia de la cacatúa sólo provoca un estudio cuidadoso.

A un lado del chico al fondo, la jaula vacía de la cacatúa puede verse sobre la pared, y para enfatizar más el drama no está claro si el chico está bajando la jaula con la polea para permitir que el pájaro vuelva a ella después del experimento o subiendo la jaula otra vez estando seguro de la muerte de su ocupante. También se ha sugerido que podría estar corriendo las cortinas para bloquear la luz de la luna llena. O podría estar retirando las cortinas para dejar entrar la luz de la luna llena. Jenny Uglow cree que el niño refleja la figura en el último grabado de William Hogarth Las cuatro etapas de la crueldad al señalar la arrogancia y crueldad potencial del experimento, mientras que David Fraser también ve las similitudes de composición con el público agrupado alrededor de una demostración central. La postura neutral del personaje central y las ambiguas intenciones del niño de la jaula fueron ambas ideas tardías: un primer estudio, descubierto en la parte posterior de un autorretrato, omite al niño y muestra al filósofo de la naturaleza consolando a las niñas. En este esbozo es obvio que el pájaro sobrevivirá, y de esta manera a la composición le falta la fuerza de la versión final.


La cacatúa debía ser rara en aquella época, pues es un pájaro no bien conocido hasta más tarde cuando fue mostrado en las ilustraciones de los viajes del capitán Cook en los años 1770. Antes del viaje de Cook, se habían importado estos pájaros en pequeño número para decorar las casas de ricos empresarios industriales. Wright había pintado una cacatúa en 1762 en casa de William Chase, representándolo tanto en su retrato de Chase y su esposa (El señor y la señora Chase) como en un estudio separado, El Loro. Al seleccionar un pájaro tan raro para este sacrificio científico, Wright no sólo escogió un sujeto más dramático que el lungs-glass, sino que quizás estaba prestando una declaración sobre los valores de la sociedad en la época de la Ilustración.

Sobre la mesa hay otras piezas de equipo que el filósofo de la naturaleza habría usado durante su demostración: un termómetro, un apagavelas y un corcho, y cerca del hombre sentado a la derecha hay un par de hemisferios de Magdeburgo, que podrían haberse usado con la bomba de aire para demostrar la diferencia en presión ejercida por el aire y un vacío: cuando el aire fue sacado de entre los dos hemisferios era imposible separarlos. La bomba de aire en sí está representada con gran detalle, un fiel documento de los diseños usuales en la época. Lo que parece ser un cráneo humano en un gran bol de cristal lleno de líquido no sería una pieza normal en el equipo; William Schupbach sugiere que tanto el cráneo como la vela, que presumiblemente está iluminando el bol desde atrás, forman una vanitas—los dos símbolos de mortalidad reflejarían la lucha de la cacatúa por la vida.