jueves, 8 de septiembre de 2011

Un día cualquiera

En mi destino hay muchas cosas que se me escapan, pero hay otras que si están bajo mi jurisdicción. Hay una serie de boletos de lotería que puedo comprar, aumentando mis posibilidades de llegar a ser feliz. Puedo decidir como paso el tiempo, con quien me relaciono, con quien comparto mi vida, mi dinero, mi cuerpo y mi energía. Puedo seleccionar lo que como, leo y estudio. Puedo establecer cómo voy a reaccionar ante las circunstancias desfavorables de la vida; si voy a considerarlas maldiciones u oportunidades (y cuando no consiga ser optimista, por que esté pasando por un momento de bajón, puedo decidir intentar cambiar de actitud) puedo elegir las palabras que uso y el tono de voz que empleo para hablar con los demás. Y, por encima de todo puedo elegir mis pensamientos.
Fernando Romero Enviado desde mi oficina móvil BlackBerry® de Telcel

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