El paraíso tiene dirección Manzano 219
Alguna vez en momentos de reflexión y análisis acerca de la existencia del paraíso, llegue a la conclusión de que el paraíso existe; es aquí en la ciudad en que vivimos, en el día a día, de hecho vamos disfrutando de el; El paraíso es, creo, un tiempo en nuestras vidas, para unos mas largo, para otros mas corto, sin embargo tarde que temprano salimos de el, la mayoría de las veces sin darnos cuenta, lo vamos abandonando poco a poco, si no es que el mismo no expulsa abruptamente.
La niñez es nuestro paraíso personal, en el nos acompañan una larga lista de personajes, algunos los recordamos con mucha alegría, otros pasan casi inadvertidos; Son nuestros padres, nuestra familia que incluye a todos los amigos y mascotas, quienes crean nuestro paraíso personal; Con los años los personajes toman roles de diversas trascendencias e importancias a la luz del recuerdo; De esos personajes percibimos lo trascendentes que llegaron a ser en la construcción y permanencia de ese maravilloso lugar; Javier Martínez en su autobiografía nos invita a conocer su paraíso, de hecho nos da la dirección exacta de el Manzano 219 aunque, solo el, nos puede llevar; Nos guía en el recorrido detallando los lugares, los momentos, y nos comparte la variedad de sentimientos y emociones que ahí vivió; decir ahí es en sentido de tiempo, así como de espacio; El tiempo: su niñez, la casona con patio central, el barrio de Mexicaltizingo: la ciudad de Guadalajara, así de grande fue su paraíso y nos va llevando poco a poco a recorrerlo, como un guía experto, nos narra detalles de su infancia y cuenta de algunos de los personajes, de los amigos de la escuela y las vagancias que hicieron, los compañeros de barrio y sus aventuras en los alrededores de la vieja estación de tren de Guadalajara, --de esos lugares que podemos conocer a través de su relatos— nos platica de su familia, de la fabrica de cajas de madera de su padre y así quizá podemos entender su fascinación por las pequeñas cajas de madera de la cual es gran coleccionista, ¿es acaso, que cada cajita de madera le recuerda su estancia en el paraíso?
La lectura de su obra, resultado de escarbar en su memoria, seleccionar algunas de las vivencias, el deseo de compartir su paraíso personal me hicieron recordar el mío, que se me antoja algún día intentar escribirlo y titularlo de igual manera con la dirección en donde hubo ese maravilloso lugar.
En esta ocasión Javier utiliza el camino de las sensaciones para conducirnos por su niñez relata con detalles, como fue el lugar donde vivió sus primeros años de vida y los sentimientos que fueron apareciendo poco a poco, nos dibuja con palabras la antigua ciudad de Guadalajara, como se vivía la ciudad, recuerda y comparte algunos momentos tristes como la muerte de su padre, recuerda sus celebraciones de cumpleaños y sobre todo, lo mejor, es que nos invita a conocer Manzano 219 donde vivo sus primero anos de vida.
Javier Martínez Rivera nació en Guadalajara en 1935.
Con estudios en Filosofía, Letras Clásicas y Españolas, fue profesor de literatura y redacción en la Universidad Iberoamericana de 1963 a 1980
Trabajo en Radio Vaticano al frente de la sección en español para América latina de
Ha publicado anteriormente una selección de relatos La noche y Otros sueños.
El presente libro se inicio en el taller de autobiografía del Fondo de Cultura Económica dirigido por Fernando de León
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