miércoles, 3 de diciembre de 2008

Sonrisa de la Mona Lisa, ¿una ilusión óptica? 5-10



Luego de estudiar los cambios de expresión de la Mona Lisa - basados en que la visión central tiene una más alta resolución que la visión periférica -, una neurobióloga de la Universidad de Harvard terminó con el misterio del retrato más famoso y la sonrisa más enigmática del mundo: Leonardo Da Vinci la habría pintado basándose en una ilusión óptica, usando de manera completamente intuitiva trucos que ahora comienzan a tener base científica.

Elisa se llamaba la mujer del marqués de Giocondo, un rico banquero florentino que pidió a Leonardo Da Vinci que pintara un retrato de su segunda señora, cuando ella tenía 30 años y una enigmática sonrisa. Según la historia, el cuadro nunca llegó a manos del marqués. Leonardo lo conservó por muchos años y lo retocó. Lo llevó consigo a París y allí ha permanecido hasta el día de hoy. Salvo un breve período, en que un italiano lo robó del Louvre, en un acto de reivindicación nacionalista. Pero Italia lo devolvió a Francia.

Y asi se convirtió en el retrato más famoso del mundo y en el más misterioso. Todo, gracias a Elisa, conocida como Mona Lisa o Gioconda. Su sonrisa, pintada por Leonardo Da Vinci, es la que realmente ha sido un misterio durante todo este tiempo; una sonrisa enigmática, tal vez la más enigmática del mundo.

Tanto así, que una investigadora de la Universidad de Harvard, Margaret Livingstone, se dedicó a estudiarla.

¿Qué descubrió?... que Leonardo Da Vinci pintó la sonrisa de la Mona Lisa basándose en una ilusión óptica y en los mecanismos de la visión. Sucede que la sonrisa de la Gioconda aparece y desaparece debido a la peculiar manera en que el ojo humano procesa las imágenes.

Así, cuando en el siglo XVI Leonardo Da Vinci pintó la Gioconda, logró el efecto de que la sonrisa de la Mona Lisa desaparezca al mirarla directamente y sólo reaparezca cuando la vista se fija en las otras partes de cuadro.

Lo anterior, tomando en cuenta que los artistas llevan mucho más tiempo que los neurobiólogos estudiando los procesos visuales. En este caso, el artista creo esa ilusión usando de manera completamente "intuitiva" trucos que ahora comienzan a tener base científica.

Y la teoría de la investigadora se apoya en el hecho de que el ojo humano tiene una visión central, muy buena para reconocer los detalles, y otra periférica, mucho menos precisa, pero más adecuada para reconocer las sombras.

Da Vinci pintó la Gioconda usando sombras que vemos mucho mejor con nuestra visión periférica. Por eso, para ver sonreír a la Mona Lisa hay que mirarla a los ojos o a cualquier otra parte del cuadro, de manera que sus labios queden en el campo de visión periférica... ¿qué tal?.

Y luego de publicar su teoría sobre los cambios de expresión de la Mona Lisa, basados en que la visión central tiene una más alta resolución que la visión periférica, Livingstone ahora está estudiando por qué tantos genios de la pintura tenían alguna deficiencia visual.

Rembrandt por ejemplo, cuyo estrabismo reducía su capacidad para ver en tres dimensiones, según la autora pudo beneficiare con una pobre percepción de la profundidad, una ventaja en una profesión en la que el objetivo es plasmar el mundo tridimensional en un lienzo plano.

Los estudios de Livingstone, no intentan "desmitificar el arte" sino de explicar científicamente técnicas que los artistas usaron desde hace muchos años en base a la intuición.

Muy bien cuidada

En abril de este año quedó atrás el "vaya hacia allá, gire a la derecha, gire a la izquierda... y allí la encontrará". Lo anterior, para llegar hasta la Mona Lisa. Ahora se puede caminar directamente hacia ella y verla, apreciarla, mirarla por los costados, tratar de desentrañar su sonrisa, todo muy tranquilamente y sin aglomeraciones.

Porque la famosa Mona Lisa de Leonardo Da Vinci pasó de la pequeña Sala Rosa del Louvre a una más amplia y renovada, la "Sala de los Estados", una galería que sirvió como cámara de debate parlamentario hasta el año 1870, y que fue sometida a una renovación de cuatro años y ¡6,1 millones de dólares!, a cargo del arquitecto peruano Lorenzo Piqueras.

Se trata de una sala muchísimo más amplia que la anterior, tal como se lo merecía la Gioconda. Mide 840 metros cuadrados, con más espacio para recibir a las ¡6 millones de personas! que visitan el museo cada año, evitando así las aglomeraciones que se producían frente a esta obra maestra.

En ese mismo lugar se exponen otros cincuenta cuadros de pintores del siglo XVI, incluyendo la pintura más grande del museo: "La Fiesta de Bodas de Cana", de Veronesi, con 6,77 metros de altura por 9,94 metros de largo. Ocupa el muro opuesto - a 28 metros de distancia - al de mármol beige que utiliza la Gioconda.

La Mona Lisa ocupa 200 metros cuadrados exclusivos al norte de la sala, y está protegida por un vidrio irrompible y no degradable (de cristal blindado), de 40 milímetros de espesor, cuya superficie ha sido tratada especialmente para evitar reflejos.

Está cerrada herméticamente, mantiene la temperatura y la cantidad de vapor de agua contenida en el aire a los niveles constantes de 20 grados y 50% de humedad relativa, protegida del frío, el calor y la respiración de aquellos seis millones de visitantes anuales.

Además, este habitáculo está conectado permanentemente a un servicio de seguridad. Una renovada cristalería, a trece metros del suelo, permite una iluminación de características similares a la luz natural, con lo que se pueden contemplar las telas en las mejores condiciones de iluminación.

Por encargo

El cliente que encargó el famoso cuadro habría sido el banquero napolitano Francesco di Bartolommeo di Zanobi, marqués de Giocondo (1460 - 1528), quien se casó con "Mona Lisa" (Madonna Elisa, señora Elisa), hija del napolitano Antonio María di Noldo Gherardini, en el año 1495.

Leonardo pintó el cuadro entre 1503 y 1506 y lo llevó a Francia en 1517. Se encuentra en el Louvre desde 1804. Al parecer, nunca estuvo en posesión de la familia Giocondo. Se sabe que pasó a manos del rey francés Francisco I, aunque no está claro si en 1517, antes de la muerte del artista, o con posterioridad a su fallecimiento en 1519.

Sí está comprobado que permaneció en las colecciones reales francesas y que en el siglo XIX Napoleón Bonaparte lo tenía muy bien guardado.

Se trata de un cuadro que nunca ha sido tasado, y que fue robado del museo el 21 de agosto de 1911 por el pintor italiano Vicenzo Perrugia, quien alegó "patriotismo". Fue recuperado en Italia dos años más tarde.

Sobre un fondo de paisaje vaporoso, donde se resalta la figura de esta mujer, cuya enigmática sonrisa constituye lo más atractivo del cuadro en el cual Da Vinci consiguió su más alta aspiración: plasmar el alma humana.

Está considerado como el retrato pintado más famoso de la historia, y tal vez el cuadro más famoso de la pintura occidental, aunque los expertos dicen que no por ello es el mejor. Es más, ni siquiera ocupa un puesto entre los 10 o 20 mejores.

Fue la última gran obra de Leonardo Da Vinci, tomando en cuenta que continuó retocándola hasta sus últimos años. Pero fue pintado en la época de más fama y popularidad del artista, época en que son varios los retratos que le piden realizar.


Teorías y verdades sobre la Gioconda

- Por lo general la Mona Lisa es retirada de su vitrina una vez al año, para que los expertos puedan comprobar su grado de deterioro.

- Es una de las obras más visitadas de todo el museo.

- Se trata de un óleo sobre tabla de álamo, de 77 x 53 centímetros.

- Como telón de fondo para la Mona Lisa, aparece un paisaje inspirado en las vistas que Leonardo Da Vinci pudo alcanzar a ver en Los Alpes, cuando hizo su viaje a Milán.

- Todos los datos que se tienen de los personajes de la familia Giocondo se han obtenido a partir de los documentos de Giorgio Vasari (1511 - 1574), que escribió sobre la vida de los principales artistas de la época.

- Vasari dice que Leonardo empleó en la elaboración del retrato unos cuatro años. Además, dice que Madonna Elisa tenía unos 30 años cuando posó para el retrato, y que era la segunda mujer del marqués de Giocondo.

- Existen eruditos que piensan que se trata de la española Constanza de Ávalos; otros que la identifican con una amante de Giuliano de Medicis, e incluso otros afirman que se trata de un retrato de Francesco del Giocondo o un autoretrato del propio Leonardo Da Vinci.

- Los críticos actuales confirman que es un bello retrato de mujer, y aseguran que lo mejor del cuadro son las manos y la enigmática sonrisa.

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imagenes entretenidas de la mona lisa

monalisa4all

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